¡ESTAD ALEGRES PORQUE VUESTROS NOMBRES ESTÁN INSCRITOS EN EL CIELO!

Un poco chocante, para variar, la conclusión del evangelio que se nos presenta hoy:

“No estéis alegres porque se os sometan los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”.

No está nada mal lo de poder estar inscritas en algún lugar, lo de sentirse reconocida y perteneciente a alguna realidad. No está nada mal ser parte de algo o de alguien. Más aún: ¡cuánta necesidad sentimos de “ser parte”, de ser reconocidas y acogidas!

En este mundo nuestro en el que es tan complicado que se nos reconozca o que se reconozca a algunas personas, en el que todo hay que demostrar, en el que el papeleo requerido para conseguir un documento que avale, si  no  tu pertenencia, al menos la posibilidad legal de permanecer en un lugar, digo permanecer porque otra cosa es llegar a pertenecer, es increíble…la palabra de hoy nos recuerda que aunque los caminos y los procesos “del mundo” son tan complicados hay otra realidad más profunda y aún más real, aunque a veces no seamos capaces de descubrirla, en la que todo es mucho más sencillo: sin pasar por múltiples ventanillas, sin hacer cola ni tener que soportar el humor de quien debiera estar para facilitarte los trámites, sin pagar tasas… se nos regala la pertenencia “vuestros nombres están inscritos en el cielo”.

Con la alegría de esta certeza somos capaces de ponernos en camino y, aunque a veces nos topemos con los lobos, el objeto de nuestra misión es derramar la paz que Dios nos regala a quienes la acogen y curar a los heridos del camino, anunciando sin cesar la llegada del Reino.

Pero, cuidado, -nos avisa el Señor- no confundáis el motivo de vuestra alegría. Os pueden salir las cosas muy bien en este empeño, hasta os podéis sentir fuertes o muy capaces o incluso poderosas, porque se os someten los espíritus”. No pierdas de vista hermana que es el Señor el que te ha dado la capacidad y la fuerza y que es Él quien obra en tu debilidad. Simplemente deja que Él cure, libere, pacifique a otros a través de ti y:

¡ALÉGRATE, PORQUE ERES MIEMBRO DE LA FAMILIA DE DIOS!

¡ALÉGRATE, PORQUE ÉL TE CONSUELA COMO A UN NIÑO A QUIEN SU MADRE CONSUELA!

¡ALÉGRATE, PORQUE A TRAVÉS TUYO ÉL PUEDE SEGUIR ACARICIANDO Y CONSOLANDO A SUS PEQUEÑOS!

¡ALÉGRATE PORQUE PUEDES ENJUGAR SUS LÁGRIMAS Y ALIVIARLA EN SUS PESARES! (CF. MR 746)

¡ALÉGRATE, PORQUE PERTENECES A UN REINO DIFERENTE DE MISERICORDIA Y BONDAD!

¡ALÉGRATE PORQUE CUANDO TE SIENTES FLACA E IMPOTENTE LA IGLESIA TE AMPARA! (Cf MR p 852)

ALÉGRATE PORQUE HAS ROBADO SU CORAZÓN Y ELLA HA QUEDADO ESCLAVA DE TU AMOR (Cf MR p 856)

¡ALÉGRATE PORQUE ELLA CUIDA DE TI! (Cf MR 724)

¡ALÉGRATE PORQUE SU PRESENCIA TE RENUEVA! (Cf. MR 725)

¡ALÉGRATE PORQUE TU NOMBRE Y SUS NOMBRES ESTÁN INSCRITOS EN EL CIELO!

Versión descargable en pdf: 7 de julio domingo –

CARMELITA MISIONERA TERESIANA, EUROPA