Llegamos a este momento para dejarnos iluminar por la claridad del amor de Dios y así contemplar … contemplar lo que Él quiera, lo que Él espera…
Primer momento: A LA LUZ DE LA LUZ
  • A la luz de la Luz, como Humanidad, como Iglesia, como familia Palautiana, como familias, como mujeres consagradas, estamos terminando un año muy diferente de otros.
  • La pandemia ha cubierto nuestro planeta y el corazón de muchos con un manto gris de miedo, desesperanza, aislamiento, incertidumbre, muerte, desconcierto; fue como si de pronto y sin aviso el cielo azul se hubiese obscurecido: los planes y proyectos cambiaron o simplemente tuvieron que abandonarse, surgieron dificultades sociales, políticas y económicas.
  • La crisis dejó al descubierto problemas y situaciones que no veíamos o no queríamos ver, afloraron muchos cuestionamientos personales, tuvimos que hacernos preguntas importantes, existenciales, de sentido… en muchos aspectos, a nivel personal, familiar, comunitario, eclesial y social, tuvimos que reinventarnos…
  • Han cambiado los acompañamientos a personas y comunidades, han cambiado nuestras comunicaciones, reuniones y encuentros, se han despertado en muchos y muchas “iniciativas que anuncian la belleza y restauran lo que ha sido deteriorado” (Cf. Circular 33/2020) debido a la crisis y también debido a males y sombras del mundo que hemos construido; encontramos nuevas maneras de relacionarnos, de sanar, liberar, dignificar…
  • El año 2020 caminamos en una especie de claroscuro hecho de luces y sombras.
Segundo momento: LUZ EN LA OSCURIDAD
El mundo, la sociedad, la estructura eclesial, la Familia Palautiana, yo… necesitamos luz, la luz de Dios, para no errar el camino en estas situaciones que nos sacan de lo conocido y manejable y ponen a prueba la solidez de nuestra fe, la vocación, la esperanza. 
Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.» (Mateo 5, 14-16)
  • Ha sido una bendición que el 2020 haya sido también y en muchos sentidos un tiempo luminoso… Pudimos contemplar cómo muchas personas e instituciones irradiaron luces de bondad, solidaridad, servicio sacrificado, vida, fraternidad, compasión, misericordia, comunión… ¿Cómo no agradecer por ellos y ellas, que hicieron vida las palabras de Jesús cuando nos decía que somos la luz del mundo? Fueron luces que me interpelaron, que despertaron en mí deseos profundos y sinceros de conversión, de cambio, de hacer vida en mi vida lo que muchos han dicho y siguen diciendo de distintas formas:  después de este tiempo vamos a salir distintos, surgirá una nueva humanidad, ya nunca volverá a ser lo mismo, no podemos seguir igual, es necesario un cambio y un cambio radical…”; como dice el Papa “De una crisis no se sale igual. O salimos mejores o salimos peores. Y el modo en que salgamos depende de las decisiones que tomemos durante la crisis. Y son decisiones no solo morales, sino humanas, que tocan a lo humano, que tocan al futuro de la humanidad(Discurso en la 75 asamblea general de la ONU)

Pero…

  • Tal vez no despertaron en mí esos deseos, tal vez se despertaron o fortalecieron en mi corazón fuerzas, actitudes y sentimientos grises que creía superados: envidias, protagonismos, vanidades, juicios, falta de misericordia, competencias, chismes, críticas, egoísmos, juicios, autosuficiencias… (pausa)
  • Tal vez mis palabras y actitudes llevaron oscuridad, miedo, dudas y desconfianzas al corazón de aquellos y aquellas que compartieron conmigo. (pausa)
  • Tal vez en lugar de cuidar, sanar y restaurar, herí, laceré, dañé…(pausa)
  • Tal vez no se hizo vida en “mi” la convicción de que, en la Iglesia, en los equipos y comunidades; para todos y todas hay lugar y cada uno tiene su llamado y envío personal y único en el cual nadie nos puede reemplazar (pausa)
  • Tal vez…
Canto: Frágil (Lilly Goodman)  

Tercer momento: DEJA QUE TU LUZ BRILLE
Se abre el 2021, un tiempo nuevo, lleno de posibilidades y oportunidades. Es un tiempo de gracia que gratuitamente se nos regala. No sabemos si para mí será un mes, dos, seis o quizás todo él, no sabemos. Lo que sí sabemos es que como Carmelo Palautiano, como Humanidad, se nos regala un 2021 para reemprender caminos, para convertirnos “en la mejor versión del sueño de Dios para las hijas e hijos del P. Palau” … Y la mejor hija e hijo del P. Francisco es aquel hombre y aquella mujer que mientras comparte su vida va iluminando la vida de los demás con su rectitud de corazón, la positividad de sus palabras, la sinceridad de sus abrazos; es aquel hombre y mujer que gasta la propia vida en dar vida a quien lo necesite, que arriesga la vida por el caído, el descartado, el vulnerado.

La mejor versión es aquella que confía y se deja guiar por el amor y los criterios de Dios Trinidad, quien genera vida en donde y a través de quien quiere y en cuyo corazón hay a veces criterios que para nosotros son indescifrables… ¿Por qué él o ella y no yo? ¿Por qué yo y no esta otra persona? Sólo Él lo sabe… lo nuestro es responder y agradecer el ser llamados y enviados… llamadas y enviadas, lo nuestro es vivir en plenitud la complementariedad y poner lo mejor de mí en la tarea conjunta, lo nuestro es acoger sus modos y sus caminos.

Cuarto momento: QUE BRILLE TU LUZ PARA EL MUNDO
Ésa, tu mejor versión, ponla a los pies de la Iglesia, de familia, de tu comunidad, de la gente, de los heridos y vulnerados, de los pobres… Haz que brille para el mundo, que disipe sus sombras, que resplandezca el amor y la fraternidad…

Hoy acompañamos desde la oración todas las personas, familias, sociedades, naciones que sufren, que reciben este nuevo año en dolor, abandono, pobreza, violencia, muerte… te las presentamos Señor…

  • Por tantos hombres y mujeres que han partido a raíz de la pandemia, por sus familias y seres queridos, que brille para ellos la luz de tu consuelo…
  • Por quienes han perdido sus trabajos y están en dificultades, que brille para ellos la luz de la solidaridad
  • Por quienes fueron víctimas de la violencia, que brille para ellos la paz
  • Por los países en busca de estructuras sociales más justas y equitativas, que brille para ellos la luz del diálogo y en entendimiento…
  • Por las estructuras eclesiales, que brillen en ellas caminos y estilos más evangélicos, más humanos, más de Dios…
  • Podemos hacer otras peticiones…
Oración:

Dios de amor, luz y paz, te presentamos estas realidades

para que tu misericordia, encarnada en nosotros,

permita disipar estas sombras, por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

SIGNO: Queremos iluminar el espacio en el que nos encontramos, comenzar el año A LA LUZ DE LA LUZ. Te invito a sacar una velita, encenderla desde la vela del altar y llevarla a tu puesto.

Ven Jesús con tu luz (Jésed)   https://youtu.be/o0wUPJ0ogBU

 

Cierre: Oramos juntos:

Querida Trinidad, tú, que iluminas y abrigas con tu amor,

quiero dejarte vivir en mi corazón,

para que puedas hacer de mí la mejor de las personas que yo pueda ser.

 

Una vez dijiste que tus amigos son la luz del mundo.

Me gusta eso de ser luz, de iluminar a todos los que me rodean

con la luz de mi solidaridad,

para hacer que los que están tristes vivan en una fiesta,

para hacer que los que viven la oscuridad del rechazo,

disfruten la luz y calor de la compañía,

para hacer que los que lo ven todo negro lo vean todo de color esperanza.

 

Quiero decirte sí, quiero que vivas en mí,

porque no me gusta la oscuridad,

la oscuridad donde me encierra mi egoísmo,

la oscuridad donde me atrapan mis enfados,

la oscuridad donde me hunden mis caprichos,

la oscuridad de tantas cosas malas de este mundo.

 

Quiero decirte SÍ, para que me llenes de tus luces de colores,

colores de alegría, de esperanza, de vida.

Quiero que me ayudes a sentir el calor de tu luz de amistad dentro de mí,

porque así podré ser para los demás tu luz y calor de amistad

con mi forma de obrar y actuar.

Así podré ser luz de esperanza para los que me rodean cada día.

 

Descargar la oración aquí:

                                        Francés:     HEURE SAINTE 2020_def

                                        Inglés:       HOLY HOUR 2020_ing

                                        Español:     HORA SANTA FIN DE AÑO 2020_final