¡BENDITO SEA DIOS!
Me llama la atención cómo se ha colado esta expresión en nuestro vocabulario.

Con frecuencia la decimos cuando algo nos sorprende sea del tipo que sea.

Hoy Pablo la refiere al
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Y dice de Él:

  • Bendito el que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones.
  • Bendito el que nos eligió en Cristo para que fuésemos santos e intachables por el amor.
  • Bendito el que nos ha destinado a ser sus hijos, sus hijas.
  • Bendito el que nos ha concedido su gracia para ser alabanza de su gloria.
  • Bendito el que lo ha hecho generosamente sin escatimar nada.
Él ya lo ha hecho:

Nos ha hecho capaces de ser sus hijos e hijas y de vivir como tales.

Nos ha hecho capaces de construir un mundo más justo y más humano.

Nos ha hecho capaces de vivir en la verdad y de actuar con transparencia.

Nos ha hecho capaces de cuidar, amar y acoger.

 

Pero algo falla y en muchos momentos las tinieblas opacan la luz:

Seguimos murmurando y alimentando redes de muerte.

Seguimos perdiendo nuestro tiempo en lo que destruye en lugar de invertirlo en lo que edifica.

Seguimos pensando más en nosotros/as mismas que en los demás…

 

Por eso roguemos hoy a Dios con insistencia y convicción:

 

  • Que nos dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo.
  • Que ilumine los ojos de nuestro corazón para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.
  • Que nos muestre la riqueza de la gloria que es nuestra herencia.
BENDITO SEA DIOS QUE PUEDE Y QUIERE HACER DE TI Y DE MÍ UNA CRIATURA NUEVA.

BENDITO SEA DIOS QUE QUIERE HACER DE TI Y DE MÍ UN AUTÉNTICO,

UNA AUTÉNTICA HIJA DE DIOS.

¿LO CREES?
PON TODO DE TU PARTE, ÉL YA HA HECHO EL RESTO.

¡BENDITO SEA DIOS,

QUE ESTÁ EMPEÑADO EN HACER DE MÍ

UNA AUTÉNTICA HIJA DE DIOS!

 

CARMELITA MISIONERA TERESIANA – EUROPA

Descargar aquí: 2º DOMINGO DE NAVIDAD