La pasionaria es una flor que se abre en mayo y evoca la pasión: una corona de espinas, cinco llagas, y tres clavos sobre una estrella de diez rayos y la hoja tiene el número siete… Le falta olor. La malva rosa y la de olor complementan el ramillete.

Para alcanzar la virtud, el hombre ha de permanecer firme, fuerte, leal y constante, en definitiva, marchar contra la corriente de ciertos valores de la sociedad. Necesita de paciencia. 

Las dos flores juntas simbolizan mejor la virtud de la paciencia en la tribulación sufrida por Dios: bajo la presión de la tribulación esa llena el jardín con su fragancia.

María en su dolor, en la opresión de su corazón, llenó el mundo de una fragancia muy suave, procedente de una paciencia asombrosa.

La intención para este día:

Que en nuestras tribulaciones seamos pacientes.

Me pregunto hoy:

  • Cuando algien me contraria o me oprime, ¿sufro en silencio o me quejo?
  • ¿Espero hasta que venga el momento adecuado par poder actuar?

Pido a Maria, un corazón paciente y discreto.

Me comprometo a llevar en silencio mis sufrimientos y ofrecerlos en la oración.

Pongo estas flores en las manos de María y le digo:

Señora: Os ofrezco la pasionaria como señal de mi resignación en sufrir. Yo me obligo y comprometo a tomar voluntariamente, de buen grado y gusto las penas, las contradicciones y las tribulaciones. Presentad mi pasión a vuestro Hijo y cuidad de mi pasionaria.

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