Las adormideras, las espuelas, las capuchinas y otras muchísimas flores sirven para embellecer nuestros jardines con su variedad de colores y formas. Las adormideras son flores de primera magnitud, bellas por su forma y variedad de colores, y suben muy altas en sus tallos, pero no tienen olor. 

Estas flores representan la virtud de la moderación y buen modo en los gestos exteriores.

La moderación ha de poner orden en las formas externas, brindar buenos modales: las actitudes y modos, maneras y formas en el vestir. En todo esto se han de guardar el decoro, la honestidad, la modestia y el respeto.

María, en toda su actitud exterior, fue un modelo de decoro y de moderación. Por ello reconoce que todo cuando tiene procede de Dios: «Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.» (Lc 1, 46) y acepta con sencillez la alabanza de su prima Isabel: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre» (Lc 1, 42)

Intención del día:

Que mi porte sea pacífico, bueno y respetuoso. Que sepa estar con dignidad y sencillez.

Preguntas para reflexionar:

Reviso el orden interior que hay en mi vida:

  • ¿Cómo son mis modales, mis gestos, mis expresiones?
  • ¿Están imbuidos de los valores del Evangelio?
  • ¿Me comporto de tal manera que quien está a mi lado disfruta de mi compañía y cercanía?

Recojo las flores de este día y las uno con las hierbas aromáticas de mi jardín y con otras flores que perfumen el ramillete, y las presento a María:

 

Madre mía, yo os ofrezco moderación en todos mis gestos, acciones y movimientos exteriores. Concededme fuerza y eficacia en mis propósitos.

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