Ha sido un día de muchísima conexión… también esta digital.
Y de poner a prueba la metodología de círculos sagrados: de escucha, resonancias, inspiraciones, llamadas… Un método ayuda a priorizar lo esencial, facilita, aunque por ser novedoso cueste utilizar. Permitirá rescatar lo que hay que fortalecer en este tiempo. Dando idea de puntadas concretas por aprender y dar con más insistencia a partir de este evento congregacional y eclesial.
¿A qué nos llama la Iglesia hoy? ¿Cómo tejer para dar respuestas?
Toda la Asamblea, las inquietudes que se han ido percibiendo, intuyendo, oyendo llamadas en lo profundo de los corazones, ahora tienen que hacerse palabra proféticamente pronunciada, anunciada y vivida en el Carmelo Palautiano. Encarnarse en el día a día, en las opciones y acciones.
Igual que tejer implica aprender nuevas técnicas, mejorar, utilizar hilos de diversos colores, texturas… Lo mismo con nuestros procesos. Así que…
¿Qué mejor que escucharnos? No solo «por provincias», por «secciones»… sino unir los corazones y escucharnos entre todas. En grupos interprovinciales, en conexiones online. Dejando además la puerta abierta para que puedan unirse otros a vivir esa experiencia, esa misma pasión por Dios y por los hermanos.
Algunas asambleístas compartían al finalizar la jornada del sábado: “No ha sido difícil compartir, pero sí las tecnologías en algunos momentos dificultaron el ponernos de acuerdo”. “Ha sido muy rico el compartir, tanto por la mañana, como por la tarde. Ha costado un poco la conexión en algún momento. Ha costado priorizar, ponerse de acuerdo.»
La distancia enriquecía a la vez que hacía más arduo el trabajo. Varias han percibido la riqueza de compartir con hermanas de otras sedes, la riqueza que han echado en falta en los días anteriores, cuando se trabajaba en el mismo lugar físico, era a la vez reto. Menos la hermana Chrezann, si os acordáis, que por dificultades causadas por la pandemia ha tenido que participar online en los trabajos de «su sede de pertenencia» ya desde el mismo inicio.
Adoptada la metodología de los círculos sagrados, las hermanas han experimentado que ha costado no tanto el compartir, cuanto dejar las cosas, los conceptos que a nivel personal o congregacional estamos acostumbrados a usar. Y que llegar a un consenso a distancia es aún más difícil.
¿Y cómo queda el tejido? ¿Y por qué enredadas? ¿De qué va la cosa?
De esto, ya cuando se clausure la Asamblea.