Estamos comenzando la primera semana del tiempo de cuaresma, un caminar de cuatro semanas en donde iremos preparando el corazón para asombrarnos y valorar una vez más la gratuidad del amor de Dios, su paternidad-maternidad incondicional, su fraternidad concreta, su inagotable fidelidad salvadora.  

Iniciamos un itinerario personal y eclesial, y el punto de partida es el desierto, la tierra del silencio, del riesgo, de las no seguridades, de la tentación, de la soledad, de encuentro con la propia verdad, la tierra donde podemos palpar nuestra sed y nuestra hambre y también la tierra de la victoria.

Como Jesús, seremos conducidos y sostenidos por el Espíritu Santo, pero eso no evitará, si nos tomamos en serio esta etapa del camino, que tengamos que tomarle el pulso a nuestra fe, a la solidez de nuestra identidad cristiana; no evitará que tengamos que ponerle nombre a “nuestros cansancios y fallos” para poder seguir adelante sin dejarnos vencer por perezas, enquistamientos, autoengaños, comodidades e inercias personales y eclesiales. 

Si queremos llegar a la Pascua y resucitar de veras no podemos “saltarnos” el desierto, aunque nos duela, nos asuste, nos cuestione, nos desinstale.  Es tierra difícil, pero de ella salimos crecidos y liberados.  

Si, a mitad de ruta, nos comenzara a paralizar el dolor, el miedo, la tentación, oremos con el salmista:

Acuérdate, Señor, de tu ternura, y de tu amor” …

enséñame que tú eres el Dios de mi salvación.

En ti estoy esperando”

Y cuando haya terminado nuestra primera jornada cuaresmal y hayamos dejado atrás las arenas y el calor, abramos el corazón de par en par para dejar que el anuncio de Jesús transforme nuestra vida, nuestra mentalidad, nuestras estructuras, estilos y paradigmas…dejémonos movilizar por el “conviértanse y crean en la Buena Nueva» (Mc. 1, 15) para que en la Pascua comience a aflorar esa nueva persona y esa nueva Iglesia que palpita en el seno de Dios de la Alianza.

Estamos recién comenzando, aprovechemos este tiempo de gracia.

CARMELITA MISIONERA TERESIANA-AMÉRICA

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