“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”

(2Cor 5, 17)

AMBIENTACIÓN: el cirio pascual (u otro) en el centro, ramitas verdes o flores.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Hey, que haces nuevas
todas las cosas
que haces nuevas todas las cosas
que haces nuevas todas las cosas.

Es vida que brota en la vida,
es fruto que crece en amor,
es vida que vence a la muerte,
es vida que trae el Señor (bis)

Dejaste el sepulcro vacío,
la muerte no te derrotó,
la piedra que detenía
el día tercero cayó. (bis) 

Me ofreces una nueva vida,
Renuevo en ti mi amor,
me das una nueva esperanza,
ya todo lo viejo pasó (bis)

MOTIVACIÓN

Guía 1:     En esta tarde queremos alabar y bendecir a Dios porque en Cristo resucitado hay esperanza.

Guía 2:     Su resurrección silenciosa, misteriosa pero cierta ilumina y resignifica sus dolores del Viernes Santo y todos los dolores de la Humanidad.

Guía 1:     Jesús, vencedor de la muerte, es la esperanza que sostiene a las madres de los ausentes luchando y a los migrantes en camino…

Guía 2:     La vida nueva que surge del sepulcro es la esperanza que sostiene a las víctimas de la trata de personas, al anciano abandonado, a los familiares de los enfermos y los muertos por la pandemia del Covid 19…

Guía 1:     En Jesús resucitado los diferentes humillados y los que buscan sentido en la vida creen posible una nueva oportunidad, un nuevo horizonte.

Guía 2:     Jesús, vencedor de la muerte, muestra al Carmelo Palautiano, que después de la soledad y el frío de la tumba llega un nuevo día… luminoso, cálido, alegre, verdadero…duradero.

Guía 1:     La gloria de la vida nueva quiere acariciar en esta tarde nuestros traumas, heridas y todos los dolores de la Humanidad.

Guía 2:     La gloria de la vida nueva quiere restaurar el ser original de cada habitante de este planeta que late en el seno de la Trinidad.

Guía 1:     La gloria de la vida nueva quiere también a nosotros liberarnos de sepulcros y soledades en que nos hemos dejado atrapar.

Cristo el Señor resucitó
(Cristóbal Fones)

La Iglesia canta de alegría,
los pobres saltan de contentos.
Encuentran paz los perseguidos;
consuelo y perdón los pecadores.

Cristo, el Señor, resucitó;
su amor fue más fuerte que la muerte.

Se alegran por fin los olvidados,
se ponen de pie los humillados;
los pobres se sientan a la mesa,
encuentran lugar los postergados.

Jesús, el Señor crucificado
vive glorioso para siempre.
Cristo Jesús, hermano nuestro,
está con nosotros para siempre.

Se alejan confusos los soberbios,
se enreda el saber de los doctores,
entienden los pobres la Palabra.
La Iglesia, sorprendida en adulterio,
recibe el perdón estremecida.

Lector 1: La gloria de la vida nueva es anuncio no sólo de la gloria futura sino del Reino de Gloria que ha de comenzar aquí y ahora para la humanidad, en nosotras/os y a través de nosotras/os. La Palabra de Dios en Apocalipsis dice “ahora todo lo hago nuevo»… No dice mañana, o un día… dice Ahora. Y ese ahora es hoy…

PALABRA DE DIOS – (Apocalipsis, 21, 1-5a)

«Después vi un cielo y una tierra nuevos, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar no existe ya. Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo. Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.» Y el que está sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo»»

Cristo está en medio de la Ciudad Santa de Jerusalén, y de allí procede como de su propio centro la luz de gloria, y la misma gloria a toda la ciudad, y de allí a todo el Empíreo, y demás criaturas.

Francisco Palau, Iglesia de Dios. Lám 21, 2

(Un lector lee lo siguiente con música de fondo durante todo este momento)

Jesús dio nombre a su esperanza,
esa llamó reino y reinado de Dios.

Esa era la causa que movía su existencia terrena,
esa la gran pasión de su vida:
que Dios se revele y haga surgir
la humanidad del hombre [y la mujer];
que Dios venga a nosotros y haga surgir el hombre [y la mujer] nuevos,
la nueva fraternidad, la familia de los hijos de Dios.

Jesús soñó con ver esta tierra
convertida en casa de todos.
Soñó con el final de la opresión
y la gran llegada de la liberación.

Hoy es Pascua, ¡Cristo ha vencido la muerte!
Por eso, “El que recibe la vida de Dios
no puede acostumbrarse a un mundo de muerte.
El que experimenta
la justificación por la gracia de Dios
se convierte en luchador por la justicia.

El que recibe el gran regalo
de la reconciliación y pacificación de Dios
a través del Crucificado,
queda tocado por el hambre y la sed
de la reconciliación y de la paz en la tierra.
Recibe la misión de la reconciliación
en medio de los conflictos de nuestra sociedad.
Al que cree en el Dios de la vida
le duele la muerte
y sueña con la nueva creación
donde ya no habrá ni llanto, ni dolor, ni muerte. (Ap 21,4)

Bonifacio Fernández cmf

Guía: Al celebrar esta Pascua 2020 y después de habernos preparado durante Semana Santa…

  • ¿Qué espera, qué anhela, que busca, qué pide mi corazón palautiano?
  • ¿Puedo ponerle nombre a mi esperanza?
  • ¿Cómo es esa tierra nueva con la que sueño, que me llama, que hoy me interpela
  • para mí,
  • para mi comunidad, mi congregación/familia,
  • para el mundo?

Pasados los 10 primero minutos hacer nuevamente las preguntas y esperar otros 10 o 15 min) Al finalizar el tiempo, invitar a compartir… Cuando la persona termina de compartir pone una flor o ramita verde alrededor del cirio mientras se canta algo. (Por ej. En ti, Señor, he puesto mi esperanza; en ti, Señor, está mi corazón).

Canto: Yo creo en tu resurrección (Hna. Glenda)

Guía:  Cuando en nuestras vidas acontecen momentos importantes siempre se produce un cambio… algo pasa en nuestro interior que poco a poco va expresándose en conductas acciones, decisiones…Las invitamos ahora a orar juntas este salmo, a hacerlo con calma, dejando que las palabras nos hablen al corazón… dejando que toquen nuestro hoy… y después de finalizar dejamos un momento de silencio para luego hacer resonancias…

SALMO MÁS ALLÁ DE LAS COSAS

Yo quiero romper toda valla que limite mi horizonte;

quiero llegar más lejos de donde llegan mis ojos;

no soporto las tinieblas; busco la luz.

Cuando toco algo con la punta de los dedos;

cuando agarro algo entre mis manos y lo hago mío;

cuando consigo lo que buscaba con ilusión…

hay algo que no toco, que no alcanzo, que no consigo;

hay algo que intuyo en lo profundo y no veo;

hay algo más allá de las montañas y el mar;

hay algo más allá del azul del cielo y las estrellas;

hay algo más de mi frágil e inquieto corazón.

Señor de la vida: ¡quiero vivir una vida que no termine!

Señor del amor: ¡quiero amar sin límites!

Señor de mis sueños: ¡quiero ser libre en plenitud de libertad!

Señor de la esperanza: ¡quiero caminar sin llegar!

Señor de lo definitivo: ¡quiero lo que aún no tengo!

Señor de lo absoluto: ¡quiero que mi vida seas Tú!

Aquí me tienes llena/o de ilusión y entusiasmo;

aquí me tienes con ganas de hacer algo bello por Ti;

aquí me tienes en busca de una entrega sin medida;

aquí me tienes resistiéndome a «morir por morir».

Lo mío es vivir para siempre: lo dice tu Evangelio.

Lo mío es vivir Vida eterna: es lo que has prometido Tú.

Lo mío es vivir el amor que no muere: eso es lo tuyo.

Lo mío es vivir tu vida nueva: la de tu Espíritu.

Lo mío es vivirte a Ti: ¡mi vida es tu Resurrección!

Vivo la paz de tu Reino: camino hacia tu plenitud.

Vivo la verdad de tu Reino: camino hacia tu luz.

Vivo la libertad de tu Reino: camino hacia tu gloria.

Vivo la pureza de tu Reino: camino hacia tu perfección.

Vivo la justicia de tu Reino: camino hacia tu santidad.

Vivo la esperanza de tu Reino: camino hacia tu Realidad.

¡Yo viviré para siempre: creo en tu vida eterna!

¡Yo viviré para siempre: creo en mi resurrección!

¡Yo viviré para siempre: creo en el Reino prometido!

¡Yo viviré para siempre: creo en el más allá!

¡Yo viviré para siempre: creo en tu amor que nunca muere!

¡Yo viviré para siempre: creo que me esperas al final!

Señor Jesús, Señor Resucitado: Espero la vida eterna.

Señor Jesús, Señor siempre joven: Espero contra toda esperanza.

Guía: Somos muchos los cristianos que estamos celebrando esta Pascua, sin embargo, no todos los están haciendo en alegría. Hay muchos creyentes y no creyentes que están viviendo esta Pascua y estos días   en dolor, soledad o abandono. Confiamos todos ellos a la Trinidad, para que en su amor de hogar los acoja y cobije. Rezamos un Gloria.

GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO, COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.


Guía: Terminamos este momento de alegría, gratitud y esperanza de la mano de María, Virgen de la celebración y la esperanza.

 (Se canta al semitono)

¡Feliz Pascua en familia!