En el momento de alzar las palmas en la Santa Misa de hoy pensemos: ¿Lo recibo con ilusiones falsas o verdaderas? Trasladémonos a ese momento de la entrada triunfal de Jesús y meditemos: ¿Dónde me coloco? ¿En la gente del pueblo, entre los sacerdotes, los escribas, los observadores? O en el sencillo del asno que lleva a Jesús.
Jesús tu eres el Rey de amor, que en esta Semana Santa podamos experimentar tu perdón y misericordia. No permitas que seamos indiferentes a tu llegada y danos la gracia de poder recibirte en nuestra vida y en nuestro corazón. Te amamos Señor y queremos que irrumpas en nuestro interior, trayendo tu paz, tu alegría, tu amor.