«Resucitó de veras

mi Amor y mi esperanza»

Junto a toda la Iglesia proclamamos Aleluya, en este día en que, con inmenso gozo en el corazón, experimentamos que el Amor es más poderoso que cualquier otro sentimiento. Este «de veras» nos pone de frente a la fidelidad de Dios y a la libertad de aquellas mujeres y hombres que se dejaron llevar por el amor verdadero, sin importarles el costo. Dios es fiel a su Palabra, pero requiere por nuestra parte generosidad, fe viva, esperanza, aunque sea titubeante, y un amor en ejercicio.

En Jesús, en su Resurrección, Dios mismo nos susurra o nos grita: «Estoy contigo para siempre», porque así lo he decidido desde el principio de los tiempos. Hagamos capacidad, no nos dejemos enredar en sudarios y mortajas, acojamos el regalo de la Pascua, esa presencia que recrea y enamora y nos empuja a ser sus testigos en la Galilea de nuestra vida.

¡Feliz y bendecido tiempo pascual!

 

María José Gay Miguel

Animadora General

 

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