Con mucha alegría y llevando a todos y todas en el corazón, hemos participado de la Eucaristía celebrada por nuestro papa Francisco el día jueves 17. Muy temprano a la mañana, las hermanas María Isabel Obregón, Amalia Ponce y Mariela Castellanos, estábamos en la Portón del Santo Oficio, dispuestas para el ingreso a Santa Marta.
Resulta difícil transmitir la experiencia vivida, pues se entremezclan sentimientos de emoción, alegría, hondura, etc. En su homilía, centrada particularmente en la primera lectura (Heb 3,3-14) nos invitó a cuidar mucho de nuestro corazón para no caer la dureza, la obstinación y la seducción. Cuando el corazón se vuelve obstinado, no dialoga, no sabe porqué se defiende, “son ideólogos, se cierran a la acción del Espíritu Santo. La Palabra de Dios, la gracia del Espíritu Santo no es ideología: es vida que te hace crecer, siempre, ir adelante y abrir el corazón a las señales del Espíritu a las signos de los tiempos”
Al terminar la Eucaristía, tuvimos la gracia de presentarnos ante Francisco; con él dialogamos a cerca de los motivos que nos trajeron a Roma y otros temas. Francisco nos escuchó, y nos animó a continuar trabajando. Como es su costumbre, pidió que rezáramos por él y recibió agradecido los alfajores que llevamos de regalo.