Reflecting on the Gospel this third week of Lent reminded me of a slogan campaign that says “old ways no more, but transformed!” Often times we were caught up living the present but seeing, thinking and doing things like the old ways. The past, the way before becomes our reference as we gaze and deal with the present.
Jesus feels the same way when some people came to him and told about the Galileans whose blood Pilate had mingled with the blood of their sacrifices.  That made him utter the question to be a point of reflection, so they will be aware of, they will be conscious of… “Do you think that because these Galileans suffered in this way they were greater sinners than all other Galileans? By no means! But I tell you, if you do not repent, you will all perish as they did!
Pope Francis mentioned “conversion means changing your way of thinking, not just living” (23-01-2017 Angelus) “it’s necessary to convert, to change the mentality, to renounce thinking like before… to convert.” (27-12-017 Angelus) so we could live this Lenten season intensely with mind and heart renewed prepared for the Paschal mystery; the passion, death and resurrection of Jesus.
Isaiah would remind us that the time of repentance is the present life (Is. 55:6-7). It is an invitation to leave the present well (Mk.13:24-32); and be men and women capable to read the signs of time, sensitive enough to hear the clamor of those in need and generously respond to it with audacity as a manifestation of God’s mercy and kindness as the Psalmist proclaim in todays psalms ”the Lord is kind and merciful” (Ps 103).
The gospel warned us all “If you do not repent, you will all perish as they did” may this warning be enough to shake us all, not to fear, not be ashamed of because we are all sinners, instead it may allow us to open our hearts to listen to his words, to experience Him deeply in our prayers and encounter him closely as we do acts of charity especially this season of lent so genuine repentance, transformation and conversion may truly happen.
And we may not be caught up unprepared and fruitless when the vine-grower comes as it is mentioned in the parable of the fig tree.  We may not cut down after years waiting because we adhere to this Lenten antiphon “Today if you hear the voice of the Lord, harden not your hearts.”
CMT de Asia

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL:

TERCER DOMINGO DE CUARESMA: ¡No más viejas formas, sino transformadas!

Al reflexionar sobre el Evangelio esta tercera semana de Cuaresma me viene a la mente el lema de una campaña que dice “¡No más viejas maneras, sino transformadas!” Muchas veces nos encontramos viviendo en el presente, pero viendo, pensando y haciendo cosas según las viejas formas. El pasado, el camino anterior, se convierte en nuestra referencia cuando contemplamos y tratamos el presente.

Jesús siente lo mismo cuando algunas personas se acercaron a él y les contaron acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus sacrificios. Eso hizo que él les formulara una pregunta como punto de reflexión, de modo que se dieran cuenta, fueran conscientes … “¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo”.

El Papa Francisco nos dice que «convertirse no solo es cambiar la manera de vivir, sino también el modo de pensar» (22-01-2017 Angelus), «es necesario convertirse, cambiar la mentalidad, renunciar a pensar como antes, cambiar, convertirse» (26-12-2017 Angelus) para que podamos vivir esta temporada de Cuaresma intensamente, con la mente y el corazón renovados, preparados para el misterio pascual: La pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Isaías nos recuerda que el tiempo del arrepentimiento es el momento presente (Is. 55: 6-7). Es una invitación a vivir bien el presente (Mk.13: 24-32), y a ser hombres y mujeres capaces de leer los signos del tiempo, lo suficientemente sensibles como para escuchar el clamor de los necesitados y responder generosamente, con audacia, como una manifestación de la misericordia y la bondad de Dios, como proclama el salmista en el salmo de hoy «el Señor es compasivo y misericordioso” (Sal 102).

El evangelio nos advierte a todos “Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo”. Que esta advertencia sea suficiente para sacudirnos a todos, no para temer, ni para avergonzarnos, porque todos somos pecadores, sino que nos permita abrir nuestros corazones para escuchar sus palabras, experimentarlo profundamente en nuestra oración y encontrarlo de cerca mientras hacemos actos de caridad, especialmente en este tiempo de cuaresma, para que el verdadero arrepentimiento, la transformación y la conversión se den realmente.

Y que, cuando el dueño del campo venga, como en la parábola de la higuera, no nos veamos desprevenidos y sin fruto. No seremos cortados después de años de espera, si hacemos nuestras las palabras de la antífona de cuaresma “Si hoy escucháis la voz del Señor, no endurezcáis el corazón.”