Continuando con la misma metodología de estos días iniciamos la jornada con el tema:

PROCESO DE LA MADURACIÓN DE LA FE

La madurez espiritual se va desarrollando a partir del la madurez de la vida. Requiere tener el valor de mirar la vida de frente. Se ha de tener paciencia y constancia. Los años nos facilitan ser “como niños”, con atención a las cosas pequeñas de la naturaleza y de las personas, no perder la capacidad de asombro.La actitud humilde del niño es imprescindible

La maduración espiritual nos acerca a las METAS DE BUENA ANCIANIDAD:

  1. Conciencia revisada de lo que pienso, siento y hago o he hecho
  2. CORRECCIÓN DE LAS DISTORCIONES de nuestra realidad pasada, REFERENTES. A mi mismo, a los demás o a la vida misma.
  3. Alcanzar una mayor libertad y luz. Vivo mi vida en paz
  4. Conciencia humilde pero segura de mi valor como piedra viva en la comunidad.

Francisco Palau, en un momento de crisis y decisión seria dice:

“Nosotros hablamos, hacemos y deshacemos planes como criaturas que caminan en un mundo tenebroso, y Dios que ve nuestros pensamientos tal vez se ríe de ellos, y en su sabiduría tiene dispuestos otros planes. Que se ría, enhorabuena. Nosotros hemos de hablar y obrar como hombres, en aquello que no tenemos orden de Dios en contra”. (Carta a Juana Gratias)

Y más que nunca en esta etapa tenemos que  valorar y apoyar el consejo que nos da: “El bien personal espiritual estará en hacer posible una vida pacífica, quieta y entregada”.

Por la tarde nos ha visitado D. Fernando Martín, sacerdote de Ávila, que se encuentra estudiando aquí en Roma. Ha concelebrado la Eucaristía con D. José María López. Agradecemos su presencia.