Hoy vemos que los seguidores de Jesús, mientras van de camino, se disputan la gloria, la fama, la cercanía, los puestos cercanos a Jesús, el nuevo profeta, el nazareno de los milagros, de la multiplicación de los panes, el que atrae las multitudes, resucita muertos, convierte los corazones endurecidos…

Hasta entonces seguirlo ha sido una experiencia bella pues, salvo por algunos fariseos y maestros de la ley que lo atacan, Jesús disfruta de la simpatía de muchos, es conocido, tiene simpatizantes, seguidores y seguidoras, y todo esto a ellos -sus cercanos-les gusta mucho. ¿Lo mejor?  Ellos son “los elegidos”, aquellos a quienes el mismo Jesús ha llamado. ¡Esto es demasiado bueno como para acabarse!, sobre todo ahora que Jesús viene anunciando que será glorificado.

Santiago y su hermano Juan quieren también disfrutar de esa gloria que se avecina. Si hasta ahora ha sido magnífico, ya imaginan lo que será después, y quieren vivirlo y disfrutarlo en primera línea, allí, a la derecha e izquierda del maestro. Y se lo piden, si vergüenza, sin cohibiciones, van derecho al punto y se lo piden. Los otros del grupo se enojan, porque muy en el fondo deseaban lo mismo pero no se atrevían a pedirlo…

Jesús les pregunta si serán capaces de beber su cáliz y recibir su bautismo y ellos dicen que sí, que por supuesto que sí. Si han compartido camino y experiencias con Él, si hasta ahora todo va de subida ¿por qué no después, si lo que viene es “la gloria”?

Sin embargo Jesús aclara a estos seguidores tan cercanos que caminar con Él es algo muy distinto a lo que vienen imaginando en su mente y corazón, que la gloria de Dios es al revés de la gloria humana, que para decirse y ser verdaderos seguidores, no se trata de lo que yo quiero sino de lo que Dios quiere…no se trata de andar “los caminos” de mis ambiciones sino los caminos  de la voluntad de Dios;  no se trata de vivir según mis criterios sino según los criterios de Dios… que en el camino para llegar a “la gloria” el protagonista es Dios… Él marca el dónde, el cómo, el cuándo…

  1. el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor
  2. el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos.

Y es que, éste es precisamente el camino que con su propia vida les va mostrando Jesús: servir y dar la vida por los demás.

¡Esta es la gloria que nos ofrece!:

  • Aventurarnos en un modo de ser y de vivir que rompe con lo establecido…
  • Vivir al revés “de la corriente” social, cultural y a veces también eclesial…
  • Reprogramar el corazón según los modos, el estilo y los valores del Maestro…
  • Reconocer nuestra verdad y dejar que sea cristificada…
  • Escuchar al maestro con el “corazón” para que sus enseñanzas calen en lo profundo de nuestro ser…
  • Aceptar con alegría ese “todo al revés” … que ciertamente es el derecho, lo real, lo verdadero ….
  • Dejar el protagonismo al Señor…

Sepamos que, aunque suene lindo, e incluso casi romántico, no es algo fácil pues, en la mentalidad en que nos movemos, por todas partes somos bombardeados por consignas, likes y voces que nos llaman, y a veces casi empujan, “llegar donde nosotros queramos” , porque “nosotros todo lo podemos” porque “vivir lo que quiero y cómo quiero” es la fuente de la felicidad, porque yo soy el protagonista de mi propia historia…

En este bello domingo dejemos unos minutos para repetir con el corazón:

  • en el corazón de Cristo el camino es justo al revés…
  • en el mundo de Jesucristo, el protagonista es Dios …

CARMELITA MISIONERA TERESIANA-AMÉRICA

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