LECTURA DEL INSTRUMENTUM LABORIS

En la sesión de la mañana se han incorporado los laicos elegidos para participar en este capítulo. La Eucaristía y el desayuno en familia precedieron el inicio orante antes del trabajo de profundización.

Escuchamos todos a la Animadora General, hermana María José Gay darles la bienvenida recordándonos a todos que somos una familia. «Compartimos las mismas convicciones: laicos y hermanas somos corresponsables ante la Iglesia, y juntos impulsamos y vivimos nuestra identidad palautiana, como seguidores de Jesucristo en esta familia carismática. Nadie es poseedor del carisma, sino que es el Espíritu quien nos hace caminar compartiendo carisma, vida y misión». Llamados por el Señor a la misión, vivimos y colaboramos para testimoniar y compartir este don.

La facilitadora, hermana Adriana, nos dio instrucciones para la reflexión personal sobre el «instrumentum laboris» que es la recopilación de las aportaciones solicitadas a muchas personas. Respondieron realizando el trabajo precapitular: todas las comunidades CMT, las jóvenes en formación incial, los laicos en misión compartida, las ex CMT, personas que nos conocen y se relacionan con nosotras y las áreas de la misión participada.

Estrenamos una nueva configuración de las comunidades de discernimiento, aunque la lectura fue personal. Toda la jornada hasta la tarde la teníamos para una primera lectura de la totalidad de las aportaciones. El siguiente momento, con unas preguntas para el análisis más detallado de una parte del total de los aportes.

D. Jesús García Burillo, obispo emérito de Ávila y amigo de la Congregación, vino a saludarnos y almorzó con nosotras.

Al final de la jornada, haciendo un primer eco del documento, los capitulares agradecíamos la sinceridad y transparencia del trabajo realizado, que nos ayuda a ver tanto las fortalezas como las cosas que tenemos que dejar caer en nuestra realidad congregacional y de toda la familia palautiana que deseamos ser.

Después de esta intensa y agotadora jornada, se nos invitaba a traer al corazón y expresar esta convicción: en Dios podemos descansar. Escuchamos su invitación: «Venid a mí todos los que estáis agobiados por una pesada carga, y yo os aliviaré.»

MENSAJE DE BIENVENIDA A LOS LAICOS