Con frecuencia la decimos cuando algo nos sorprende sea del tipo que sea.
- Bendito el que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones.
- Bendito el que nos eligió en Cristo para que fuésemos santos e intachables por el amor.
- Bendito el que nos ha destinado a ser sus hijos, sus hijas.
- Bendito el que nos ha concedido su gracia para ser alabanza de su gloria.
- Bendito el que lo ha hecho generosamente sin escatimar nada.
Nos ha hecho capaces de ser sus hijos e hijas y de vivir como tales.
Nos ha hecho capaces de construir un mundo más justo y más humano.
Nos ha hecho capaces de vivir en la verdad y de actuar con transparencia.
Nos ha hecho capaces de cuidar, amar y acoger.
Pero algo falla y en muchos momentos las tinieblas opacan la luz:
Seguimos murmurando y alimentando redes de muerte.
Seguimos perdiendo nuestro tiempo en lo que destruye en lugar de invertirlo en lo que edifica.
Seguimos pensando más en nosotros/as mismas que en los demás…
Por eso roguemos hoy a Dios con insistencia y convicción:
- Que nos dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo.
- Que ilumine los ojos de nuestro corazón para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.
- Que nos muestre la riqueza de la gloria que es nuestra herencia.
BENDITO SEA DIOS QUE QUIERE HACER DE TI Y DE MÍ UN AUTÉNTICO,
UNA AUTÉNTICA HIJA DE DIOS.
¡BENDITO SEA DIOS,
QUE ESTÁ EMPEÑADO EN HACER DE MÍ
UNA AUTÉNTICA HIJA DE DIOS!
CARMELITA MISIONERA TERESIANA – EUROPA