En este tiempo de Cuaresma, como ayuda para disponer nuestro corazón a la celebración de la Pascua, ofrecemos esta liturgia penitencial comunitaria que nos invita a profundizar y revisar nuestras relaciones a partir de la belleza y la vida…
Adentrémonos en este camino de reflexión y oración que nos dispone para el abrazo de la reconciliación con la Iglesia, Dios y la humanidad.
Liturgia Penitencial MILPA: Reconciliación_Celeb. Sacramento_MILPA 2021
INTRODUCCIÓN
Vivir este tiempo de Oración personal y comunitaria, tiempo de cambio, de conversión. Tiempo para acompañar al Señor hasta lo que será su Pasión, Muerte y Resurrección.
MÚSICA/ CANCIÓN
Señor, ilumina mi vida:
“- Dudo que sepa amarte.
– Tienes razón en dudarlo porque mientras vivas, el Espíritu no poseerá completamente tu corazón… Tendrás potencia y posibilidad de no amarme. Y el vacío del amor te inspirará dudas y recelos de ti mismo…
– ¡Miserable condición humana! ¡Puedo dejar de amarte!” (Esc. 769, 6)
Leer en silencio y luego decir en voz alta una frase que te haya tocado el alma
El amor crea lo bello.
Cuando nace en un corazón,
brilla en los ojos, enciende las mejillas,
cada paso insinúa una danza,
se adorna con telas y cantos,
música y perfumes.
Tu amor es infinito
como la belleza indecible
que desborda el pincel,
la palabra y la caricia.
En los seres sin apariencia,
el ojo del amor
descubre una belleza
inaccesible a las cámaras
de los concursos oficiales.
Como un tajo de cuchillo
sobre la pintura de un maestro,
hemos herido tu hermosura
en los hacinamientos urbanos,
en los cuerpos profanados
obligados a alquilarse,
en las hambres de ojos grandes
que derriban niños como huesos.
con el horror de la sangre,
los transfigura en luz
de dignidad y de protesta,
de danza y de profecía.
Todos te perseguimos a ti
cuando queremos eternizar
en lienzos, cerámicas y piedras
el instante bello
antes de que se diluya fugitivo.
Todos te buscamos a ti,
Dios escondido en la intimidad
de los seres que iluminas,
para una comunión de eternidad
que aliente nuestro paso por la tierra.
El ayuno que Dios quiere
El ayuno que Dios quiere es éste:
que sueltes las cadenas injustas,
que desates las correas del yugo,
que dejes libres a los oprimidos,
que acabes con todas las opresiones,
que compartas tu pan con el hambriento,
que hospedes a los pobres sin techo,
que proporciones ropas al desnudo
y que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora
y tus heridas sanarán en seguida,
tu recto proceder caminará ante ti
y te seguirá la gloria del Señor.
Entonces invocarás al Señor
y él te responderá; pedirás auxilio
y te dirá: “Aquí estoy”.
El amor crea lo bello.
Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar
al paso de los hombres.
Entrega, Señor,
entrega para “dar la vida”
desde la vida,
la de cada día.
Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda
en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.
Se termina cantado: (se puede poner mp3 y que cada uno tenga la letra para que todos canten)
Un grito se escucha en la inmensidad (bis)
La Iglesia reclama justicia y libertad (bis)
Sierva del pobre que no tiene pan (bis)
Iglesia que escucha y anuncia verdad (bis)
Iglesia que vive
Es fiel y creíble
En Dios y en los hombres
Mi amor aún existe (bis)
Su cuerpo llagado reclama mi amor (bis)
Sanar sus heridas, esta es mi misión (bis)
Belleza infinita clama el corazón (bis)
Se da la armonía en la comunión. (bis)