- #cuidado #reunir #crecer
- #reposo #alimento #unción
- #paz #todos #reconciliación
- #comunidad #descanso #compasión
Probablemente no está tan bien hecho, ni cumple con todas las reglas de las redes sociales, sin embargo, son palabras que condensan bien el contenido de las lecturas de este día; son algunas de las actitudes, las expresiones, las realidades que convierten a una persona en pastor o pastora al estilo del Evangelio… en ese hombre o mujer a quien Dios ha querido confiarle el cuidado de otros, de otras. Allí encontramos los sacerdotes, por cierto, pero también a los padres, las madres, los religiosos y religiosas, los políticos, los jefes y tantos más que han recibido el don y la responsabilidad de acompañar, de “caminar con”.
¡Cuántas veces nos ha tocado dar un consejo ante situaciones difíciles, acoger a un amigo o persona que regresa herida de períodos complejos en su vida, animarlos a perseverar en su familia, en su comunidad, defender y acoger al rechazado!
#paz #alimento #unción
Pastorear comprende también proveer lo necesario para que el otro viva, se haga fuerte…y esto implica el alimento, pero también, enseñanzas, valores, horizontes, visiones, fe, un camino, un guiarlos hacia “fuentes tranquilas” y “senderos justos”, un ayudarlos a reconocer la unción que han recibido… ¡Ah, si nos diéramos más tiempo para esto! ¡Si tuviésemos más ganas de comprometernos con el caminar y la vida de los otros y otras! ¡Qué distinto es “ver pasar las ovejas” de caminar junto a ellas “por las cañadas oscuras”! ¡Cuánta paz podemos experimentar y compartir!
# reconciliación #reposo #compasión
Jesús vino para reconciliar, para restaurar las relaciones rotas y dañadas, para hacer de todos una sola familia y así engendrar una paz real y duradera. (Ef 2, 13-18) ¡Qué propuesta hermosa y difícil para nosotros, sus seguidores! ¡Y estamos en tiempo oportuno! Por muchos, muchos años, fuimos construyendo un mundo cada vez individualista y poco solidario; vino la pandemia y nos dio la oportunidad de repensarnos como sociedad, como humanidad, como personas… (Mc 6, 30-34) Jesús nos invitó a “ese lugar tranquilo” de nuestros hogares para “descansar un poco” de la vorágine que veníamos viviendo…unos por el frenesí del disfrute, otros por el frenesí del trabajo… agitación, mucha agitación…también nosotros los creyentes, también la Iglesia…
Hoy por hoy, cuando vislumbramos una salida a esta situación, corremos el riesgo de volver atrás, de volver a encerrarnos en nuestros pequeños mundos y agitaciones, como si nada hubiese pasado. Pero pasó… y la gente, la historia, las circunstancias, la vida, siguen tocando a nuestras puertas creyentes, sigue buscando a Jesús “y los suyos” … “Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”.
Hagamos vida la compasión de Cristo, se nos ha dado un descanso, vayamos volviendo a lo nuestro, a la cotidianeidad, como hombres y mujeres nuevas, como pastores y pastoras renovados, como creyentes sensibles y generosos.Apoyémonos en la comunidad pues, aunque la virtualidad es una maravilla, nos ha ayudado mucho y llegó para quedarse…no reemplaza el calor de un abrazo, de una mano en el hombro, de una conversación serena, de una mirada cercana y cálida… Apoyados unos en los otros, apoyados en Cristo, ¡salgamos a pastorear!, que el síndrome de la cabaña no cautive nuestro corazón ni nuestra misión.
CARMELITA MISIONERA TERESIANA – AMÉRICA
Descargar aquí: Domingo 18 julio 2021