” Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? “ … “Levántate, tu Fe te ha salvado” Lucas 17,11-19.
Estas Palabras precedentes sólo pueden ser pronunciadas por Cristo. Levántate… No sólo trataba y predicaba en los pueblos y en las ciudades, sino que también lo hacía fuera, en el campo, donde vivían los excluidos de la sociedad, como los leprosos, que eran rechazados por todos.
La enseñanza de este domingo es realmente muy práctica porque nos invita a imitar a Cristo y a cuestionarnos sobre nuestra capacidad de vivir su Palabra que él nos transmite.
Y una de las actitudes que hoy nos interpela es la de saber darle las gracias. Podemos preguntarnos: “¿Somos capaces de saber decir gracias? ¿Con qué frecuencia decimos gracias en la familia, en nuestros lugares de trabajo, en la Iglesia, en la comunidad? ¿Cuántas veces agradecemos a quien nos ayuda, a quien está a nuestro lado, a quien nos acompaña en la vida? Con frecuencia damos todo por descontado. Y hacemos lo mismo con Dios. Es fácil ir a Dios para pedirle algo, pero regresar para darle las gracias… Por eso Jesús remarca con fuerza la negligencia de los nueve leprosos desagradecidos: «¿No han quedado limpios los diez?, ¿Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? »
¿Cuál será nuestra respuesta como cristianos/ cristianas?
El padre Francisco Palau nos sigue aconsejando:
“Debemos a todos nuestros benefactores gratitud. Esta virtud es una buena disposición de ánimo que nos mueve a dar muestras de agrado y de reconocimiento a todos aquellos de quienes recibimos un favor. Debemos gratitud a Dios, a su santísima Madre, a nuestros padres, a nuestros maestros y a todos los demás que nos favorecen en lo espiritual y material.” Mes de María 15,2
“¿Piensas en los beneficios que estás continuamente recibiendo de Dios? ¿Los conoces? ¿Los meditas? Te ha criado, te ha redimido, te ofrece su amor, su gracia y los dones del Espíritu Santo, te promete la gloria, te da la vida, la respiración y el movimiento y cuanto tienes de bueno. Por estos favores ¿qué le dices? ¿Le bendices, le das gracias y te le presentas agradecido?” Mes de María 15,4.
¡Qué humano y qué divino es ser agradecido! ¡Y cuesta tan poco! Basta pararnos un momento, dar unos pasos atrás en nuestro orgullo personal o en nuestra pereza, y allí encontramos a Cristo que nos estaba esperando.
San pablo lo recomienda encarecidamente a los primeros cristianos: “Dad gracias a Dios, porque esto es lo que quiere que hagáis todos en Jesucristo.” (1Tes 5, 18)
Jesús, danos un corazón misericordioso, agradecido, capaz de amar a todos, y aumenta nuestra Fe.
CARMELITA MISIONERA TERESIANA – ÁFRICA
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