Esta fue la invitación que desde distintos flancos, durante este encuentro se nos ha hecho, y sin duda estos días hemos recibido grandes ayudas para avivar el don y desde luego, para cumplir la misión.

Hoy ha concluido el II Encuentro del Gobierno General con los Equipos Generales de Animación y Gobierno, en el cual también participaron los servicios de apoyo: secretarias y ecónomas provinciales. Las 20 que participamos hemos manifestado un profundo agradecimiento por estos días, intensos ciertamente, pero de un ambiente de comunión y fraternidad que nos acompañó a lo largo de todas las jornadas.

Desde el 05 de junio hasta hoy, 15 del mismo mes, como ya les compartimos anteriormente,  nos reunimos invitadas por hermana María José Gay,  animadora general para  experimentar y fortalecer el sentido de cuerpo congregacional desde las distintas realidades provinciales de nuestra Congregación y articular en forma dialogada y audaz este servicio que se nos ha solicitado, siempre teniendo como referentes supremos a quienes estamos llamadas a servir.

Un primer día marcadamente orante, nos hizo detenernos y enlentecer nuestros pasos para disponer nuestro corazón para este encuentro.

Al día siguiente comenzamos a reflexionar sobre el sentido de pertenencia comunitaria y congregacional, con el P. Felicísimo Martínez, OP quien con una sencillez y una calidez  tal, nos fue diciendo unas verdades muy grandes y sobre todo nos invitó a realizar ejercicios de «sinceración» y a hablar, hablar y hablar…  El P. Felicísimo, un gran hombre, un hombre de Dios que conoce bien la vida consagrada, nos fue ayudando como un hermano mayor a ir reconociendo aquello que somos y dónde estamos» en lo referente al sentido de pertenencia, no desde reflexiones simples o conclusiones fáciles, sino desde un proceso de reconocimiento, como criterio fundamental para avanzar.

El siguiente bloque de reflexión estuvo a cargo de las psicólogas Arantza Yubero y Virginia Cagigal que forman parte del equipo de psicólogos de la UNINPSI, unidad clíica del Psicología de la Universidad de Comillas.  Do grandes mujeres que con un respeto y delicadeza finísima, pero con mucha claridad,  sin tapujos, nos fueron llevando a profundizar y a mirarnos  como personas en nuestra individualidad y como Congregación, para no sólo reconocer,  sino conscientes de dónde estamos, poder transitar el camino hacia la meta: vivir en fidelidad la vocación a la que hemos sido convocadas, y ayudar a otras a crecer en el mismo llamado. Realmente han sido una gran luz en nuestro caminar. Quedamos con gusto a poco  con muchísimo que volver a ver…

Volvimos sobre la misión participada, de la mano Fernando Domínguez que desde hace unos cuantos años ya, ha ido acompañando la implementación de este modelo organizacional que pone a LA MISIÓN en el centro de todo lo que somos y hacemos. Junto a él, fuimos mirando el proceso de definición y despliegue de la misión general CMT a través de la definición de misiones participadas, llegamos a algunos importantes consensos y tuvimos la oportunidad de compartir con las respectivas homólogas, el cómo ha sido la experiencia de estos años.

Los últimos dos días los dedicamos a tratar asuntos internos con hermana María José, animadora general.  Ella facilitó la reflexión y el diálogo con la preparación, soltura y talante que la caracteriza. Se compartieron las experiencias de animación y gobierno que se está viviendo en las distintas circunscripciones, con una metodología de trabajo que facilitaba no sólo informar, sino una retroalimentación y reflexión común, «como un solo Cuerpo»..

Bueno, estos días tan intensos y la riqueza del compartir, no son fáciles de resumir en unas cortas líneas, pero al menos sirva esta sencilla crónica para hacerles llegar nuestro profundo agradecimiento por aquellos y aquellas que nos han tenido presente en sus oraciones. Les pedimos que sigan en oración acompañando el encuentro de ecónomas provinciales que comenará mañana, convocado por la ecónoma general, hermana María Teresa García.

Un agradecimiento muy especial a las hermanas de la comunidad «Inmaculada Concepción» de la casa general en Roma, que con diligencia, calidez, acogida,  cercanía y mucho trabajo silencioso y abnegado, facilitaron que este encuentro haya llegado a ser lo que llegó a ser.

Ahora a retomar el camino seguramente no tan a paso lento coom se nos invitó hacer al comenzar este encuentro, pero sí con pasos firmes y seguros de quienes tenemos el servicio de la animación y el gobierno.