“Soy yo que te llamo a la soledad para comunicarte allí mi amor para contigo”
Iniciamos nuestro encuentro, la tarde del 30 de septiembre, una vez que todos llegamos a Aitona desde muy distintos lugares, con anécdotas y algunas dificultades en el viaje, pero contentos e ilusionados, curiosos y ansiosos frente a lo que nos esperaba en este lugar, cuna del P. Palau.
Hermana Marcela Jaque, consejera general y encargada del Equipo General de Espiritualidad Palautiana nos dio la bienvenida, y la casa «Santa Teresa de Jesús» de la cueva de Aitona nos esperaba con muchos detalles que nos hicieron sentir particularmente benvenidos.
El primer acto oficial de nuestro encuentro fue la lectura del mensaje de bienvenida de la hermana María José Gay, un mensaje fraterno y cercano, una invitación a «disponernos» para que la obra de Dios se realice en nosotros… sus palabras quedaron resonando en nuestro corazón y con ellas iniciamos nuestro retiro, tomando conciencia de dónde, porqué y para qué estamos aquí, pero sobre todo disponiéndonos a lo que el Señor quiera obrar durante este mes y acogiendo con ilusión la invitación a experimentar el ser familia desde la diversidad de nuestros origenes: somos seis y provenimos de seis distintos países: Mali, RD del Congo, Polonia, Filipinas, Venezuela y Chile. Nos presentamos:
La cueva, imagen potente en la espiritualidad Palautiana, nos esperaba y a ella nos fuimos acercando lentamente, paso a paso, haciéndonos conscientes del espacio sagrado en el que nos introducíamos… descalzos, en silencio, alumbrados sólo con la luz de la fe… Y en este ingresar a la cueva… fuimos invitados también a entrar en ese espacio sagrado de nuestro corazón donde la Iglesia quiere encontrarse con cada uno…
El programa para estos días es intenso pero entusiasmante. Esta semana nos ha acompañado hermana Aleksandra Nawrocka, CMT de nacionalidad polaca pero actualmente en Vietnam. Desde su tiempo de visita familiar en Polonia, se acercó a Aitona para compartirnos, no sólo su conocimiento, sino su vivencia y encarnación muy personal del carisma Palautiano. Con ella vimos las bases bíblicas de la espiritualidad Palautiana, la antropología Palautiana y los Escritos de nuestro padre Fundador.
El fin de semana iniciamos nuestro transitar por la ruta Palautiana. Comenzamos en Tarragona, casa Madre. Con la guía de hermana Antonia Agulló visitamos lugares importantes en la historia del padre Palau y de la Congregación en esta ciudad, siendo particularmente significativa, la calle de la Misericordia Nº 3, casa desde la cual el P.. Palau hizo su ingreso a la Jerusalen celeste… Finalizamos nuestra visita a Tarragona con un largo y pausado tiempo de oración en la capilla donde reposan los restos del P. Palau.
Al día siguiendo muy temprano, también con hermana Antonia, fuimos al Montsant donde nos maravillamos de la belleza e inmensidad de la naturaleza y reconocimos muchos lugares que el padre describía en sus cartas. Pudimos entrar a la ermita de San Bartolomé y oramos también en este significativo lugar.
Ya de regreso a casa «Teresa de Jesús» en la cueva, al atardecer del domingo, agradecemos a quienes hacen posible que estemos aquí; a hermana Ofelia que se cuida de que no nos falte nada y de agasajarnos con muchas delicias de la cocina española; agradecemos la iluminación dada por hermana Aleksandra; agradecemos la acogida y fraternidad de las hermanas de la comunidad de la Casa Madre; agradecemos la guía entusiasta y todo terreno de hermana Antonia… Agradecemos a la Iglesia de tener la oportunidad de vivir estos días de comunión, fraternidad y profundización en lo nuestro…
Sobre Nosotras
Nacimos de la experiencia carismática del Padre Francisco Palau sobre el misterio de la Iglesia. El ideal de evangelización y promoción de la vida espiritual, anima toda nuestra vida consagrada. Somos una Congregación misionera, con espiritualidad eclesial y mariana. Esta espiritualidad configura nuestra vocación como Iglesia, en la Iglesia y para la Iglesia.
Nuestro carisma específico es “contemplar, expresar y anunciar la belleza de la Iglesia, misterio de comunión”. Iglesia experimentada como Dios y los prójimos, y contemplada en María, tipo perfecto y acabado de la misma.
Casa General
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