EL V CAPÍTULO PROVINCIAL DE ÁFRICA EN MARCHA
El V Capítulo de la Provincia «Santa Teresita del Niño Jesús” de África, ha dado comienzo el día 3 de julio, reuniendo a hermanas, delegadas de todas las comunidades, en la casa San Carlos Lwanga de los Misioneros de África, Nairobi, bajo el lema: «Caminemos juntas con esperanza y abracemos nuestra vulnerabilidad para cuidar de la vida».
Al día siguiente se realizó el retiro espiritual, acompañado por el P. Bernard Damara, misionero comboniano.
El sábado, día 5 de julio, por la mañana el P. José Minaku impartió a las capitulares la reflexión «El silencio, la escucha, la conversación espiritual: camino de discernimiento en común «. Al mediodía, se celebró la Misa de apertura oficial al Capítulo; presidida por el arzobispo de la Archidiócesis de Nairobi, Philip Arnold Subira Anyolo y concelebraron los padres Innocent Maganya, misionero comboniano, y José Minaku s.j.
Por la tarde Hna. María Teresa García, animadora general, leyó el mensaje de apertura inspirado en el lema capitular, invitó a las hermanas capitulares a caminar juntas, textualmente dijo, «a esto estamos llamadas mis queridas hermanas, a caminar juntas, a fortalecer los lazos de la comunión, a comunicarnos en verdad para que ese camino no se reduzca a realizar tareas, compromisos sino a vivir con un solo corazón animado de un mismo espíritu, el de Jesús.
Caminar juntas en la verdad que nos habita, en reconocer toda la potencialidad que tenéis como Provincia y también reconociendo aquello que no se asemeja al plan de Dios. No caminemos de cualquier modo, reconozcamos el recorrido que ya hemos transitado durante estos años de presencia en este querido continente y de manera más concreta en estos últimos cuatro años. “Es de interés sumo que os mantengáis firmes, fieles y unidas en unión de caridad” (Cta. 98,2).»
Agregó, «soy consciente como lo sois vosotras, que no han sido años fáciles, y reconocerlo es el primer paso para reconducir aquellas sendas por las que nos hemos dispersado. Pero lo hacemos con esperanza, como las mujeres del alba que siendo aún de noche salieron hacia el sepulcro.»
Estimula a no caer en falsas esperanzas, ni a pensar “que la presencia del resucitado se da sin un mínimo de disposición por nuestra parte(…) Seamos capaces durante estos días de alentarnos con palabras de esperanza, no con falsas ilusiones, con sueños que quizás adormecen la verdadera esperanza, esa que viene de la certeza de sabernos amadas, elegidas, sostenidas, enviadas… capaces de una verdadera conversión.
Más adelante dijo: «Abrazar nuestra vulnerabilidad, no como un acto de humildad “mal entendido”, como un victimismo que no hace más que reforzar actitudes poco responsables, sino como un ejercicio cotidiano de abandono y de compromiso.»
Enfatiza que, «solo si reconocemos nuestra pobreza, limitación, vulnerabilidad, seremos capaces de cuidar la vida con sencillez, desde abajo y desde dentro. Reconocer la vulnerabilidad como una fuente de fortaleza y autenticidad nos invita a ser signos de esperanza, justicia y solidaridad. Continua, «en un continente como es el vuestro marcado por la pobreza, los conflictos, la migración forzada y la injusticia estructural, estamos llamadas a vivir desde la fragilidad, y no desde el poder o el privilegio.
Estamos llamadas a cuidar la vida desde su concepción hasta la muerte, sobre todo en aquellos lugares o realidades donde están más maltratadas. La vida es el don más sagrado. En esta querida porción de la Congregación son muchos los lugares, las experiencias de muerte, de atropello, de maltrato, de hambre, de guerra, y un largo etc., que vosotras conocéis mejor que yo. Pido al Señor que durante este Capítulo dejemos paso a la voz de Dios que nos reafirmará sin duda en todas aquellas decisiones que hablan de cuidado, que tienen sabor a Evangelio, a carisma.»
Finaliza su mensaje dando gracias a Dios por la vida de Floribert, beatificado en Roma el pasado día 15 de junio 2025, «testigo de esperanza y vulnerabilidad al servicio de la vida», al que encomienda esta querida Provincia. «Que su ejemplo, dice, nos inspire a ser sembradoras de esperanza, portadoras de verdad y cuidadoras de la vida. Y pido a María, Nuestra Señora de África, que interceda y nos acompañe para buscar únicamente el querer de Dios, que es el bien de la Iglesia en sus miembros más necesitados, declaro abierto el V Capítulo Provincial de la Provincia “Santa Teresita del Niño Jesús” de África.»