Seguimos sensibilizándonos en la necesidad de la fraternidad y sororidad al bien de todos, y en este caso, como camino de dignificar y restituir el lugar de la mujer en la sociedad, pueblos e Iglesia.

Hoy queremos reflexionar sobre las manifestaciones y marchas públicas. Es un tema muchas veces controversial por algunas características que se asocian a ellas como el vandalismo y el ejercicio desmedido de la violencia. Sin embargo, este tipo de manifestaciones llevada de forma pacífica, tiene como beneficio el que empoderan a las personas mostrándoles que hay miles de personas que piensan lo mismo, por tanto crean sentido de identidad y de pertenencia; visibilizan el problema haciendo posible que se genere el debate y la discusión, y llegan incluso a generar cambios.

“Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Artículo 19 DUDH

Mucha gente este año se pregunta sobre las manifestaciones públicas del 8M, si participar o no por la Pandemia. Para algunos, las manifestaciones son sólo farándula, hay otros y otras que acuden a dichas marchas porque luchan por su hija, hermana, madre violentada, discriminada, golpeada, abusada, desvalorizada, asesinada… Quizá para algunos sea solo cuestión de “la política del momento” y dicen no identificarse con ello, pero quizá para muchos otros, la impotencia y deseo que la situación de tantas mujeres cambie les lleva a participar, a ser voz de tantas mujeres silenciadas, porque ven la necesidad de reivindicar los derechos de la mujer

Por eso, queremos hacer de esta semana, una semana significativa, potente, visible y llamativa, donde cada uno y cada una se sienta protagonista de “manifestarse, de alzar la voz, de luchar”. Quizá no podamos tener eventos tan masivos, pero si que podemos realizar lo poquito que esté de nuestra parte.

¡Manifestarse, alzar la voz, luchar! ¿cómo?

Tiñamos nuestras casa, balcones, terrazas, puertas y ventanas, escuelas, negocios, trabajos, etc., de color morado, signo y color de la lucha contra la violencia de género: lazos, globos, carteles, que nuestro vecinos y pueblos vean QUE, EN ESA CASA, EN ESE COLEGIO, QUE EN ESE TRABAJO SE DEFIENDE Y SE PROTEGE LA VIDA DE TODA MUJER, CUALQUIERA SEA SU EDAD, ESTADO O CONDICIÓN.

 

Recreemos las manifestaciones de 8M y hagamos visible esta causa común.

En nuestros colegios, dejemos una impronta en la lucha por los derechos de la mujer y la igualdad, trabajemos el tema de manera creativa; en nuestras comunidades y familias, generemos espacios de diálogo sobre el tema y revisemos nuestros tabúes, prejuicios e ideas que puedan contribuir a estructuras no inclusivas o opresivas para la mujer.

El cambio lo haremos entre todos y todas, y hacer de este 8M una propuesta diferente, con sentido y profundidad es tarea y desafío para todos y todas.

ATENCIÓN a los testimonios que iremos publicando en los próximos días, deja que toquen tu corazón y comparte, seamos voz de los que no tienen voz, y canal de difusión para que el mundo sepa que COMO FAMILIA PALAUTIANA SOSTENEMOS Y CUIDAMOS LA VIDA, LA DIGNIDAD, Y EN ESTE CASO, A TODA MUJER.