Esto representa una realidad fuera de los estándares y expectativas del mundo. Que en medio del sufrimiento, la persecución y la aparente “nada”, hay una alegría misteriosa. Una gracia que fluye de la misericordia y la bondad del Dios amoroso para los pobres, los que lloran, los que anhelan la justicia, los perseguidos a causa de la justicia, los misericordiosos, los que luchan por la paz y los que poseen un corazón puro.
Participa en el misterio pascual de Cristo (pasión, muerte y resurrección). Es un recordatorio de que la vida no termina en la miseria, sino en el consuelo de que la pobreza nos acerca a Dios, y a la promesa de que todo lo bueno, cuenta y tiene mérito. Que hay gozo en el sufrimiento y que hay una resurrección después de la muerte. Una gran confianza en que no estamos solos; tenemos un Dios amoroso que nos prometió una vida mucho mejor para aquellos que le obedecen con un corazón humilde y limpio y por esto somos verdaderamente bendecidos.
CARMELITA MSIONERA TERESIANA ASIA