La asamblea capitular ha seguido avanzando con la elaboración de acuerdos comunes, siendo hoy nuestro último día – de este Capítulo – con los laicos. Ofreciendo la Eucaristía por ellos, iniciamos la mañana reflexionando sobre la necesidad de prestar atención a la realidad para observar, no tan solo ver, y ser capaz de descubrir los signos de la esperanza.
El P. Felicísimo Martínez dejaba caer la pregunta para un examen de conciencia personal: ¿con qué palabras nos nutrimos? ¿dejamos que resuene en nosotros la Palabra o nos llenamos de palabras que nos distraen de lo esencial?
Tras una jornada intensísima de trabajo disfrutamos de la noche cultural, bailando, cantando y divirtiéndonos de forma muy creativa. El agradecimiento y la fraternidad inundaron la sala y nuestra historia.