Hoy celebramos a María, la mujer la mujer del sí, de la acogida, de la victoria…

Dice la primera lectura de hoy (Ap. 11, 19; 12, 1-6a. 10ab) que apareció en el cielo una figura prodigiosa… y la pregunta que surge es ¿Qué la hace, prodigiosa, extraordinaria, portentosa…? Y la respuesta que viene al corazón es: su modo de responder al plan de Dios… su manera de vivir esa respuesta y de sostenerla en el tiempo, más allá del no entender mucho, más allá de tener su hijo en un pesebre, más allá de la profecía de Simón. mas allá de la huida a Egipto. más allá de la respuesta de Jesús a sus doce años en el templo…más allá del ver partir a Jesús dejándola sola y viuda… más allá de ver su hijo colgado en una cruz entre malhechores… más allá del miedo de la comunidad de seguidores… María, la Madre, persevera… afincada en la fe, en la certeza de lo que ha vivido; nadie se lo contó, ella lo vivió: tuvo en su vientre y dio a luz al hijo de Dios. ¿Cómo no fundar allí todo lo demás?

Sabemos que, sin experiencia de la presencia, del amor y de la acción de Dios es muy difícil perseverar…. Los rezos, los ritos, ayudan, pero no sostienen una relación; lo que da peso y consistencia a nuestra relación con Dios y todo lo demás, es la calidad de mi vínculo con Él… en Dios, en su amor, en su misterioso amor, todo cobra sentido, también lo que duele, lo que no entiendo, lo que da temor, lo que cuestiona…

 

El sí de María es mucho más que un momento sensiblero entre ella y el ángel, es un poner toda la vida en manos de Dios…toda ella…el cuerpo, la fe, la mentalidad, las creencias, la propia historia los modos, el tiempo… Todo, todo a sus pies… porque en fondo de su existencia ha “comprendido” que es verdaderamente Dios quien se lo pide y ofrece.

 

Y trae a su corazón el cántico de Ana y lo hace suyo, le da unos tintes propios y surge el Magníficat. María, en su historia con Dios no parte de la nada, no parte de cero. Ella, junto a su pueblo, tienen ya un caminar con Dios, ella simplemente permite que siga aconteciendo.

Entre tantos hombres y mujeres a quienes Él entregó y pidió una misión concreta, es María la que ha puesto TODO, absolutamente todo a disposición de Dios, sin condiciones, sin reclamos, sin temores…. Y Dios recoge esa totalidad en la hora de su muerte; en el paso hacia esa otra Realidad, el modo es el de Dios…. Jesús ascendió, ella es asunta, es llevada en cuerpo y alma…de nuevo el TODO de María. Así como su respuesta fue íntegra, así Dios toma esa esa totalidad para llevarla a la hondura de su amor eterno, a sus entrañas de ternura interminable e ilimitada, … a esa “realidad divina” donde todos y todas somos diariamente, momento a momento invitados e invitadas.

Antes de eso, por cierto, toca sortear las vicisitudes de esta vida terrena y hacerlo con la fuerza y el poder de Dios…dejando que sea Él quien guie, diga, y disponga. ¿Y mi aporte cuál es? Dejar a Dios ser Dios en mí, conmigo y a través de mí a lo largo de toda la vida. Como María, la joven judía de Nazaret que comenzó con un sí confiado en la Encarnación y lo mantuvo hasta hacerse una mujer adulta que entrega al hijo, se hace compañera en las primeras comunidades y es llevada a las entrañas amorosas del Dios al que había entregado todo…

En este día en que celebramos su Asunción, en que una vez más somos invitados e invitadas a dejar a Dios ser Dios en nuestras vidas, proclamemos con Ella el Magníficat, que canta las maravillas en la propia vida y que nos compromete con la historia: (Lc 1, 39-56)

“Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu

se llena de júbilo en Dios, mi salvador,

porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, 

porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. 

Santo es su nombre”

“Dispersó a los de corazón altanero,

destronó a los potentados y exaltó a los humildes.

A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo,

como lo había prometido a nuestros padres”.

 

CARMELITA MISIONERA TERESIANA – AMÉRICA

 

Descargar aquí:  Solemnidad de Asunción de la Santísima Virgen María_2021